DiaB Music By Diana Aller [Es]: El Primer Aviador Drona Aller [Es]: El Primer Aviador Dro
Yo quiero bañarme en mares de radio
con nubes de estroncio cobalto y plutonio
yo quiero tener envolturas de plomo
y niños deformes montando en sus motos
desiertas ruinas con bellas piscinas
mujeres resecas con voz de vampiras
mutantes hambrientos buscando en las calles
cadáveres frescos que calmen su hambre
(“Nuclear sí, por supuesto” del LP “Alas sobre el mundo”, edición de 2009)
El último vecino, Sagrado corazón de Jesús, Hidrogenesse… ¿Son una puta mierda? El pop electrónico de hoy en España tiene sus destellos, sus momentos, sus joyitas y sus baches… Pero poco se acuerdan estos artistas (y mucho menos nosotros) de quien abrió brecha, no ya en nuestro país, si no en el mundo entero. ¿Que no me creen? La palabra tecno-pop se acuñó por primera vez gracias a esta gente… Lean, lean…
Madrid, 1977. La chavalería anda desorientada tras una dictadura, una transición a la democracia y un mundo con escasas referencias culturales (¡ojito, y sin internet!). Unos chavales del Instituto Santamarca quedan tan impactados tras el visionado de “La naranja mecánica” (1971, Stanley Kubrick) que deciden formar un grupo punk (también harían una canción sobre el tema) llamado “Alex y los Drugos”.
Como son jovencitos inquietos, andan preocupados por las vanguardias, les da por el futurismo: algo maravilloso, y sin duda mil veces mejor que si les daba por el caballo, que empezaba a ser muy popular en nuestro país.
El caso es que flipan con Balilla Pratella, un músico italiano y futurista de principios de siglo, que creía en la composición libre, en la falta de ataduras y en la tecnificación de la cultura. Tiene un poema de 1915 que se llama “El aviador Dro” y que sirvió de inspiración para que el grupo se cambiara de nombre y comenzara una nueva andadura, esta vez de pop electrónico.
Cuando se les preguntó por la letra de “Nuclear sí” (todo un éxito en sus conciertos) contestaron: “Es nuestro tema más polémico. Inspirado por las páginas del cómic de Richard Corben, Mundo mutante, representa el holocausto atómico como una forma ambigua de renovación. En esos años la amenaza de guerra nuclear es una realidad palpable y, aunque temible, nos parece un posible punto de partida desde cero”.
Para el pensamiento de la época, anclado en cantautores más o menos progres, El aviador Dro eran unos raros: España, música electrónica y años 70… Para flipar y no parar.
Los chavalines, que se definían en sus manifiestos como “ateos, anarquistas, iconoclastas y adoradores del pop” además de vestir con unas pintacas de aúpa y hacer canciones absolutamente geniales, escribían textos incendiarios. Decían “¿Queréis ser naturales? ¿Vivir en cavernas? ¿Saltar, felices y estúpidos, de árbol en árbol? ¡Hacedlo! … ¿Queréis volver a la naturaleza? ¿A comer frutos silvestres?… Así os moriréis pronto de hambre, así creceremos encima de vosotros, pequeños aspirantes a monos, pequeños aspirantes a la NADA”.
De estos primeros tiempos se han ido reeditando sus LP´s y rarezas una y otra vez, y precisamente en estos días el entusiasta sello Elefant Records, rinde un tributo muy especial compilando lo mejor de aquellas primeras grabaciones, y lo hace dentro de su colección “Recuerdos Que Olvidé” con un disco doble de maquetas, versiones inéditas, rarezas y grandes éxitos de esta primera formación.
El texto promocional dice “Una pequeña joya que no sólo sirve como elemento completador de discografías para los fans, sino que demuestra el estado de gracia de un grupo que en aquellos momentos, entre 1979 y 1982 daba unos primeros pasos tan frescos como osados, tan irreverentes como inspirados”.
Pero El Aviador Dro, sus primeras composiciones, sus pasos dentro de la cultura y la música sin apenas referentes, es sobre todo un canto a la esperanza, un “Sí se puede” que hoy vendría de perlas a la juventud atontoliná y pegada al Smartphone.
Imaginar un mundo imposible, retar lo establecido, crear composiciones llenas de fantasía y de calidad vendría muy bien en estos tiempos de desánimo y extenuación. Ellos lo hicieron a través de la vanguardia del siglo anterior. Me encantaría que la juventud de hoy se comprara este doble disco, y flipara hasta reaccionar. Creo que es necesario.
La forma más fácil para ver a Aviador Dro en nuestros días, es acercarse a la cadena de tiendas de comics Generación X . Si hay suerte, su dueño, Servando Carballar puede andar por ahí. Este señor, por cierto, no solo fundó Aviador Dro y la muy recomendable Generación X; también montó el primer sello independiente de nuestro país, el ya extinto Dro.
Lo más fuerte de todo esto es que el Aviador no han dejado de funcionar jamás. De una forma relajada, y a veces inconexa, siguen en activo. De hecho la otra forma de verles en acción es enterarse de sus actuaciones musicales o de sus proyectos paralelos. En estos días es posible comprarse una entrada para el Ocho y medio el 22 de mayo, donde tocan junto a La Monja Enana y L-Kan en el llamado “Supergrupo”. ¿Qué es esto del Supergrupo? Pues un show variopinto y bizarro (en todas las acepciones de “·bizarro” que conozcan), con artistas de varias generaciones unidos por su amor a los sintes, a las vestimentas rarunas y a la vanguardia.
Si usted se anima, puede elegir entre entrada normal, entrada con disco, o pase especial a la prueba de sonido (que debe ser un show en sí mismo), disco firmado, zona vip, foto con el Supergrupo y consumición… Flipo con La monja y con L-Kan, buenos grupos y mejores gentes… pero flipo mucho más con Aviador Dro y sus descacharrantes ideas.
Se nota que soy fans (sí, con “s” final de tan fan que soy) ¿verdad?