Cooper

Cooper: “Siempre he estado donde quería estar”

Llegar a una sala de conciertos y encontrarte a la entrada con los mismos músicos que horas más tarde estarán delante de ti tocando los temas que llevas años escuchando en casa, en el coche y en el portátil –sólo cuando no hay más remedio- es una de esos raros momentos en que no sabes si dar las gracias a los responsables del local por no coordinar su puntualidad con la de los invitados o, pensándolo mejor, si aprovechar para realizarles allí mismo la entrevista planeada, por aquello de conservar la frescura y pillar al protagonista casi a bocajarro, siempre que su amabilidad y predisposición coincidan con tu ánimo informativo, cosa que en este caso se hizo efectiva. Justo antes de comenzar el traslado de amplificadores, cables, monitores e instrumentos de la furgoneta al escenario y en la antesala de lo que los británicos llaman el sound check, nos entregamos a una agradable charla con un hombre discreto y sabio: Alejandro Díez, alias Cooper, un enamorado del pop de los 60 y 70, que además de grabar efectivos discos de power pop y raíces mod, organiza cada año en León, su ciudad de origen, un festival que con cada edición atrae a más y más adeptos de dicho sonido, elPurple Weekend, y últimamente hasta escribe libros en los que nos enseña un poquito de cultura pop. Fue un placer meternos de lleno en ella a través de sus respuestas.

Después de tantos años y tantos discos, un artista de las características de  Alejandro Díez, o Cooper, que viene a ser lo mismo, ¿en qué punto de su carrera se encuentra?

No te sabría decir. Estoy un poco a la expectativa, hemos hecho un disco con mucha ilusión, un proyecto más ambicioso que discos anteriores y estamos empezando la gira ahora mismo. La realidad es que poder seguir haciendo lo que me gusta, divirtiéndome y viendo que hay gente que sigue la trayectoria de Cooper para mí es suficiente, no me planteo mucho más.

Has decidido volver al formato largo. Si contamos tu trayectoria en solitario, este es sólo el segundo álbum concebido tal cual, después de una etapa en la que sólo publicaste EPs e incluso tu anterior disco, ‘Aeropuerto’, ya era una recopilación de canciones que habían sido editadas ensingles.

Me había cansado un poquito de la dinámica de los singles y sobre todo porque los más seguidores de Cooper, algunos, me explicaron que las sensaciones que tuvieron cuando escucharon el primer álbum con un montón de canciones nuevas eran diferentes a cómo se percibían los discos single a single. En realidad me apetecía poder hacer para ellos un álbum entero, como de regalo.

Es muy curioso, y nos ha encantado, estrenar todo un disco a través de sus correspondientes vídeos en un tour virtual por varios portales musicales. ¿Cómo diste con una idea tan original?

Ha estado bien, ¿verdad? Pues hay que utilizar las nuevas tecnologías, las redes sociales, es el sitio donde está ahora la gente escuchando música y compartiendo el ocio, y era un gran esfuerzo pero una apuesta curiosa y divertida. Nosotros, que tenemos cierta capacidad para exprimir las posibilidades estéticas de cada uno de los sitios donde vamos, al encontrarnos en Londres y ver que podíamos hacer muchos vídeos pues nos apeteció y tenía un sentido todo el proyecto. Ha funcionado muy bien.

No sólo tienes tiempo de componer, grabar, salir de gira sino también de escribir, porque la edición de ‘Club 45’ ha sido bastante interesante. Es una excelente guía para recuperar discos y canciones perdidas, o no tan perdidas, y suponemos que fue un trabajo duro pero placentero.

No fue duro, fue un trabajo concienzudo porque había que hacer un libro que estuviera a la altura de las canciones de las que se habla. Fue una experiencia como para repetir, a mí me ha dado mucha satisfacción ese libro y me ha gustado. Aparte, yo soy muy coleccionista de memorabilia, de revistas de los 60, de discos y tal, y para un coleccionista ya te imaginas que lo mejor es poder compartir la colección, enseñarla de alguna manera, y esto forma parte de eso.

Grabar en los míticos estudios Konks, propiedad de Ray Davies y donde los Kinks dieron forma a muchos de sus discos, debe ser algo que proporcione una emoción tremenda. ¿Qué se siente al estar entre esas cuatro paredes?

Pues al principio así como mucho respeto y te pones muy reverente, pero a la media hora ya se te ha pasado y estás montando tu amplificador y sacando el sonido, preocupándote por otras cosas. Es una sensación muy buena, pero con el tiempo y ya casi con 45 años, soy muy de desmitificar las cosas. He conocido a muchos de mis ídolos, he tenido en mi ciudad tocando en el Purple Weekend a Georgie Fame, he estado cenando y compartiendo momentos con mucha de la gente que son mis principales referentes, y Ray Davies y los Kinks son uno más. Ha sido genial, hemos vivido esa aventura, hemos estado en su casa y lo hemos pasado bomba.

Cooper no solamente vive del power pop clásico, también hay ecos en este disco de los Byrds en ‘Alicia’, por ejemplo, o del brit-pop de Stone Roses sin ir más lejos en ‘Carrusel’. ¿Siempre han estado ahí esas influencias o quizás ahora las haces más evidentes?

Yo creo que han estado siempre ahí. De hecho, mi gran preocupación con este disco, con ‘Mi universo’, era que fuera demasiado parecido a ‘Fonorama’, porque hay determinadas canciones que dices “esta es como el ‘Tecnicolor’ de ‘Fonorama’, o esta es como ‘Duerme junto a mí’ y tal”, y se podría hacer una comparativa y hay varias canciones que son hermanas. Pero aparte de eso, es mi manera de componer y de entender la música, y las referencias e influencias que he tenido siempre han estado ahí, igual más evidentes o menos para la gente. A mí me sigue sorprendiendo muchísimo la gente cuando me viene y me dice “esta canción me suena a tal o cual”, muchas veces aciertan y yo no me había dado cuenta.

Tienes una gran capacidad para crear estribillos y hits inmediatos como ‘Arizona’ o ‘Primer día’, que creo que es un tema con una dedicatoria muy especial.

Sí, ‘Primer día’ habla de eso, del primer día de colegio de mi niña, y ‘Arizona’ es una canción que yo estaba pensando en los Lemonheads cuando la hice, no sé si a alguien le suena a ellos. Es un poco la intuición primera, luego la llevamos a nuestro terreno y hacemos un poco lo que nos apetece en armonías y melodías, pero intento buscar un poco la energía o el feeling de la canción. Soy muy apasionado de la música y es lo que más me sigue influyendo para hacer música, y soy muy despistado. Yo recuerdo que de pequeño hice una canción dos veces y no me di cuenta de que la había repetido, compuse ‘La reina del muelle’ dos veces, se la enseñé a Elena (su mujer y miembro de Los Flechazos hasta su disolución) y le dije “he hecho una canción nueva” y me dijo que era esa misma. Seguramente habrá trozos de canciones mías que recuerden algo, pero si lo veo muy evidente no tiro por ahí.

Es la primera vez que apareces en la portada de uno de tus álbumes, ¿era manía o se debe a alguna razón en particular?

Pues no, sólo porque me apetecía dar otra imagen. Yo no me veo con un peso estético que pueda transmitir y no me llamaba mucho la atención, pero este es un disco más personal y salgo pequeñito en la portada, pero salgo.

El hecho de ser de León, una ciudad “de provincias”, lejos de los focos donde se cuece todo el cotarro musical, ¿ha podido dificultar tu carrera en algún momento?

Seguro. Ha sido muy complicado salir de León, pero a la vez es la opción que yo decidí tomar. Yo llegué a León con 13 o 14 años, es mi ciudad pero yo ya llegaba con algo vivido, y no sabemos cómo habrían sido las cosas si en vez de a León hubiera llegado a Santander o me hubiera quedado en Madrid, que era donde estaba. Si con 14 años hubiera seguido viviendo en Madrid, a lo mejor con 20 Los Flechazos habrían sonado de otra manera, no lo sabemos muy bien. Yo creo que ha sido un poco complicado, más que nada porque estas ciudades pequeñas tienen muchas cosas buenas pero también invitan mucho a la envidia y a la mentira… en fin, como en todos los sitios. En León es comentario habitual en las entrevistas que me hacen: “¿tú te sientes muy maltratado en tu ciudad?” Yo intento pasar de puntillas sobre este tema. Hay mucha gente que lo hace, sale en en la tele hablando mal de su familia, pero yo de mi familia no voy a hablar mal. Yo estoy feliz en León pero no creo que haya sido algo que haya ayudado, más que por el hecho de vivir en León en sí, porque pertenece a una comunidad autónoma que no tiene identidad de alguna manera. Yo recuerdo una época en la que 091 era el grupo andaluz, Siniestro Total era el grupo gallego, La Polla Records era el grupo vasco, Loquillo y Trogloditas eran el grupo catalán y Seguridad Social el de Valencia, y nosotros no éramos de ningún lado, no había una identidad, y eso para la pervivencia del grupo y el funcionamiento es algo muy positivo. Siniestro Total se hartaron de actuar en Galicia y 091 no salían del paraíso andaluz en aquella época, y nosotros eso no lo teníamos, nunca lo tuvimos.

Cuando grabamos esta entrevista sólo habeis dado un concierto en esta gira, estamos hablando justo al comenzar la misma. ¿Se presenta con la misma ilusión de siempre?

Sí, claro, con mucha ilusión, porque además ahora mismo tenemos la facilidad de tener un contacto muy directo con los seguidores del grupo a través de facebook y de otras redes sociales, y eso nos ayuda muchísimo a animarnos y nos empuja.

Estamos viviendo una época de retornos de bandas contemporáneas a Los Flechazos. Ahí están Enemigos, que van ampliando fechas de su gira, o los propios Surfin Bichos, que retornaron hace unos años, aunque ambas sean bandas alejadas de tu estilo. Incluso en los Grammy actuaron los Beach Boys con su formación original por primera vez en muchos años. ¿Cómo podría ser ahora ahora vuestro retorno, en la situación actual aportaríais algo nuevo?

No le veo ningún sentido, absolutamente ninguno más que el económico, a volver a juntar esos grupos. Y te digo Los Flechazos pero también los Surfin Bichos y Los Enemigos, me parece que la nostalgia es un ejercicio peligrosísimo y estoy seguro de que mi generación, que es la suya también, es la generación que tuvimos la suerte de tener la música como compañera de adolescencia y juventud, que es una de sus señas de identidad, y creo que es incluso desmerecer a la gente de entre 30 y 50 años volver a hacer la misma música que hacíamos entonces. Yo creo que muchos de nosotros seguimos consumiendo música y escuchando canciones nuevas, y cuando escuchamos un disco no queremos tener las sensaciones que teníamos cuando teníamos 15 años, sino volver a tener otras sensaciones, entendiendo que la música es nuestro idioma, nuestro lenguaje y que comprar discos y asistir a conciertos forma parte de nuestro ADN y nuestro código genético, pero quiero creer que no para volver a escuchar las canciones que nos transporten a otras épocas. A lo mejor me equivoco y el 90 por ciento de la gente de 40 años lo que quiere es volver a escuchar lo mismo que cuando eran críos, yo desde luego a eso me niego.

¿Hay que ganarse al público en los conciertos en momentos de crisis o es al revés, hay que grabar con los mejores medios y músicos posibles para que venga gente a veros?

Las dos cosas son importantes, la música grabada y el directo. Cada uno a lo largo de nuestra trayectoria hemos intentado encontrar nuestro espacio en el mal llamado negocio musical, que muchas veces no es un negocio, y ahora muchos artistas se están dando cuenta de que a lo mejor se equivocaron. Hay gente que piensa a corto o a medio plazo, y yo soy de los que han pensado siempre a largo plazo y ahora me siento muy orgulloso y muy seguro de todas las decisiones que he tomado en los diferentes momentos de mi carrera y he estado en cada momento donde quería estar. Ahora estoy en una posición en la que, como te comentaba antes, nunca he gozado de la popularidad que han tenido otros grupos de mi generación por acceder a medios más comerciales o como los quieras llamar, pero por otra parte ahora mismo yo no dependo de la contratación de ningún ayuntamiento ni de este tipo de infraestructura y mi trayectoria sigue siendo la misma, sigo haciendo lo mismo que hace 15 años.

Muchos artistas están optando por el formato acústico, a veces alternándolo con las actuaciones con banda, para reducir costes y adaptarse a los tiempos. ¿Has contemplado esa posibilidad o prefieres que los conciertos sean siempre con todo el grupo?

Nosotros hemos hecho muchos acústicos, Mario (guitarra) y yo, y tenemos un acústico preparado porque hemos estado haciendo el ciclo La Música Contada por ejemplo en Málaga, y hemos hecho muchas cosas en teatros desde hace cinco años o así, pero no como una alternativa para conseguir la viabilidad económica del proyecto Cooper, sino como otra forma de expresión diferente, parecida al grupo pero diferente. Cuando te enfrentas a un público sentado en un teatro es totalmente diferente lo que tienes que transmitir, y a mí me ha servido muchísimo, me ha aportado una dimensión diferente y he empezado a hablar en los conciertos entre canción y canción a raíz de hacer acústicos. He pasado de ser un artista mudo a ser casi un miembro más del club de la comedia, recuerdo que en La Música Contada para tocar 16 temas estuvimos una hora y cuarenta minutos, porque me puse a hablar y tengo muchas cosas que decir. En el momento adecuado y con el ambiente adecuado también puedo transmitir hablando, pero en un concierto de rock a las doce de la noche no me parece el momento y no suelo hablar, pero en cambio los acústicos a mí y a mucha gente nos han servido para descubrir un Alex que no conocía.

Para terminar, como buen gourmet pop que eres, recomiéndanos a nosotros y a nuestros seguidores algún disco que te haya gustado especialmente, tanto de aquí como de la escena internacional.

Pues mira, el último disco nacional que más me ha gustado es el de Airbag, ‘Manual de montaña rusa’, que es uno de mis grupos favoritos de España. Y uno de los discos extranjeros que más me ha impresionado es el último de Chuck Prophet.

J. J. CABALLERO
Fotografías en concierto: RAISA SERRANO