Son muchos los conjuntos que actualmente se dedican al sonido de corte moderno, pero, por desgracia, son pocos los que se esfuerzan en conseguir un estilo refrescante y jovial. Tras doce años de carrera ininterrumpida, LOS SOBERANOS, máximos representantes del guateque como estilo de vida, continúan portando ufanos la bandera del jolgorio. Durante todo este tiempo se han dedicado en cuerpo y alma a versionar grandes éxitos de otros y a recu…
Son muchos los conjuntos que actualmente se dedican al sonido de corte moderno, pero, por desgracia, son pocos los que se esfuerzan en conseguir un estilo refrescante y jovial. Tras doce años de carrera ininterrumpida, LOS SOBERANOS, máximos representantes del guateque como estilo de vida, continúan portando ufanos la bandera del jolgorio. Durante todo este tiempo se han dedicado en cuerpo y alma a versionar grandes éxitos de otros y a recuperar lo más granado de la música de los años sesenta. Con “¡Fiesta sin fin!”, su nuevo álbum, han dado otra vuelta de tuerca incluyendo cinco contagiosos temas propios: “Guapa”, “Pero te quiero”, “Un hombre tranquilo”, “La, la, la” (no confundir con la tonada eurovisiva de Massiel) y “Siroco”, que no dejarán a nadie indiferente.
El resto de canciones que contiene el disco, nueve dinámicas versiones, son dueñas de una total falta de ínfulas y de una personalidad francamente despiporrante. LOS SOBERANOS se van de copas con Manolo Díaz (“Bibí”), cometen la osadía de atreverse con una balada del gran Rafael Martos “Raphael” (“Estuve enamorado”), rinden tributo a sus idolatrados BRINCOS (“Pareces gitana”), se zambullen en el agua en compañía de MICKY Y LOS TONYS (No sé nadar”), reivindican a LOS PASOS (“Naci de pie”), rescatan un aguerrido tema de LOS HURACANES (“El calcetín”), apuestan por las tonalidades italianas (“Il paradiso” de Patty Pravo y “Si chiama Maria” del imprescindible Pino Donaggio) y cruzan el charco en compañía de la banda venezolana LOS SUPERSÓNICOS (¿Por qué te vas?). Desde el primer día de escucha se encariñará con este disco, hasta el punto de convertirse en “un Soberano” más. Celebremos que en España contemos con tan guasona formación, y ¡ojalá! marque una pauta que sigan otros muchos. ¡Continúe la fiesta!