Todo comienza a finales de enero del 97, con el encuentro de Suzette y Philippe tras un concierto del grupo en el que por aquel entonces militaba la primera (ME DUELE EL CORASSON). Ambos descubren que comparten adoración por el pop francófono más elegante y seductor, desde Michel Polnareff hasta Katerine, pasando por el inevitable Serge Gainsbourg y su séquito de voces frágiles y perversas a partes igual…
Todo comienza a finales de enero del 97, con el encuentro de Suzette y Philippe tras un concierto del grupo en el que por aquel entonces militaba la primera (ME DUELE EL CORASSON). Ambos descubren que comparten adoración por el pop francófono más elegante y seductor, desde Michel Polnareff hasta Katerine, pasando por el inevitable Serge Gainsbourg y su séquito de voces frágiles y perversas a partes iguales (France Gall, Jane Birkin, Brigitte Bardot). Era inevitable que acabasen formando un grupo juntos, un grupo en el que, por supuesto, todas las canciones estarían interpretadas en francés.
El nombre de la banda viene de la canción “Michelle”, de los BEATLES: “Michelle, ma belle, sont les mots qui vont très bien ensemble" - “Michelle, querida, son palabras que van muy bien juntas”, decía McCartney. La formación se completaba con Michel y Jacques.
En sus inicios, su repertorio se basa fundamentalmente en versiones: del gran Gainsbourg interpretan “L´anamour” -también popularizada por la simpar Françoise Hardy-, y “Les Sucettes”. También toman prestadas joyas de Katerine - “Samba des jours benis” y “Le plus beau jour de ma vie”- y suelen cerrar aquellas primeras actuaciones con “La poupée qui fait non” de Michel Polnareff, otro de los grandes. Sin embargo, en sus conciertos cada vez hay más canciones propias, como “Je veux étre un symbol sexuel”, o “La fille la plus douce du monde”, ambas cortesía de Suzette. Además de los grandes compositores y las sensuales voces antes citadas, otras fuentes de inspiración a la hora de componer son las bandas sonoras de la nouvelle vague, y la bossanova brasileña.
Tras un pequeño parón, motivado en gran parte por el tremendo éxito de LOS FRESONES REBELDES, otro de los grupos de Michel y Philippe, LES TRÈS BIEN ENSEMBLE vuelven a ensayar y a actuar en enero del 99 en una fiesta junto a HELLO CUCA y THY SURFIN' EYES -que también cuentan con Michel en sus filas, ¡cuánta actividad!-. Poco después se incorpora a la formación Paul de LOS SOBERANOS, para introducir algunos detalles de órgano. Con esta nueva formación se presentan en el Sidecar barcelonés junto a KRYPTON. Una cinta con dicho concierto llega hasta Elefant, que les ficha inmediatamente. Al poco tiempo graban su primer disco, con cuatro canciones (las dos canciones propias antes citadas más sus versiones de “L´anamour” y “Les Sucettes”) que se edita en forma de single de vinilo y CD-Single a principios de julio.
Su presentación en Madrid tiene lugar el 18 de Septiembre, en una fiesta homenaje a Serge Gainsbourg en la sala Siroco, junto a LOS CARAMELOS y THE GLITTER SOULS. No han podido presentarse en directo en demasiadas más ocasiones, debido a que Suzette se traslada una temporada a Francia.
Como nota curiosa, a finales del 99 una tienda de discos japonesa de internet (Syft Records) selecciona su CD-Single como uno de los discos destacados del mes, y ofrece a sus clientes la posibilidad de escuchar una de sus canciones on-line. Por otra parte, “La fille la plus douce du monde” es elegida por los oyentes del programa “Disco Grande” de Radio 3 como una de las mejores de 1999.
En Marzo de 2001 editan un nuevo single en el que se incluye una versión de Brigitte Bardot (“Ça pourrait changer”) y tres nuevas canciones del grupo, en la que las influencias bossanova se hacen más presentes. En él ya no está Michel, que abandonó la formación poco antes de la grabación. En Noviembre, el grupo telonea a los estadounidenses THE LADYBUG TRANSISTOR en la sala Apolo de Barcelona.
El 23 de Febrero de 2002 participan en el Mini Pop Festival en Barcelona, junto a SING-SING, VACACIONES, THE RELICT, ORLANDO y otros. La nueva formación del grupo incluye a Lucien Bulles (guitarrista de BUBBLES) al órgano y Serge Clavier (de los desaparecidos CURIOUS LANE) a la batería.
"Me gustan todos los acordes, aunque siento predilección por el La Mayor, pero también depende de la temporada. Todos los acordes son buenos si están correctamente colocados". Quien pronuncia estas palabras es Suzette, principal compositora y cantante coqueta al frente de LES TRÈS BIEN ENSEMBLE, un grupo francófilo y francófono con residencia en Barcelona que hace del buen gusto y la elegancia inherente a la música gala la razón de ser de su existencia. Como si fuera una de las idolatradas musas de su héroe Serge Gainsbourg, Suzette sabe cantar y actuar haciendo que su voz suene sexy, o infantil, o ambas cosas a la vez. En la cabaretera y cimbreante "Ne lui dis pas à Maman", que cierra este disco como bonus track, homenajea a Edith Piaf y al oficio más viejo del mundo: "Siento un profundo respeto por el oficio de la prostitución. Las chicas me caen bien. A menudo pienso que es mi vocación frustrada. (...) A menudo me he sentido una de ellas, ¡cosa que mi madre no debe saber jamás! No lo entendería". Reflexiones de una Lolita del nuevo siglo, que sin embargo en el mismo disco dedica una deliciosa canción ("Les Vacances") al despertar hormonal de los primeros veranos de adolescencia, con una melodía ye-yé inspirada en France Gall (risas incluidas).
Pero hemos empezado por el final. El disco comienza con una preciosa intro instrumental, una postal del Montmartre bohemio y de la estética de las películas de Jacques Tati, para a continuación pasar al primer homenaje directo a Gainsbourg, una espléndida canción dedicada a la madre de Suzette (Hélène) que sigue la fórmula de la voz masculina -en este caso Philippe- respondiendo a la frágil voz femenina, y que cuenta también con unos excelentes arreglos de cuerda en la mejor tradición de Michel Colombier. "Gronde moi", por su parte, es un recuerdo al padre de Suzette, con un aire a los años 50 reafirmado por la batería con escobillas y el sonido de las guitarras. Esta querencia por los años 50 se confirma en otro tema, "En attendant Raskolnikov", que es una feliz actualización del sonido doo-wop, pero el sonido del disco está evidentemente más enraizado en las grabaciones clásicas de los 60, con esos exuberantes arreglos orquestales que parece como si hubieran sido encargados a un arreglista de bandas sonoras de la época. De hecho, en la grabación del disco se ha usado material analógico, microfonía de válvulas y mucha paciencia, para recrear esas sonoridades clásicas y transportarlas hasta nuestros días con una nueva vigencia.
Siguiendo con el repaso a este disco, "La Poupée" es una canción pizpireta y alegre con un sonido de steel guitar casi hawaiano, y "Toi et moi" tiene un aire de soul blanco que nos recuerda a LOVE, pero también a compañeros de sello en Elefant como CAMERA OBSCURA o los primeros LE MANS, además de comenzar con un órgano entre barroco y pre-psicodélico en la línea de THE LEFT BANKE y contar con un arreglo de violines al más puro estilo de BELLE & SEBASTIAN. Buenas referencias no les faltan, desde luego.
El folk-pop a lo Françoise Hardy, el otro polo que enmarca sus travesuras junto al omnipresente Gainsbourg, aparece en "Sous le soleil", un susurro al oído con arreglos de mellotron de flauta travesera y atmósfera de película de erotismo soft (no en vano Suzette participó hace poco en un recopilatorio de versiones interpretando el tema principal de la película "Emmanuelle"). "Les Tigresses" revela la procedencia española del grupo con un sonido familiar que parece compuesto por el mismísimo Augusto Algueró, y para acabar el disco con euforia tenemos el crescendo y el apropiado título de "C'est fini", el perfecto broche a este magnífico debut en el que nuestra Lolita particular se despide con cariño, repitiendo: "Adieu mon petit, bon courage". Nosotros le respondemos más bien: "Hasta luego, pequeña. Vuelve pronto con más canciones así de bonitas".