Estamos locos con rebe. Si “solo pasiones…” ya nos dejó absolutamente hipnotizados, confirmando su cualidad como pionera y rara avis del pop erótico espacial, ahora nos despierta con un golpe directo al corazón. “Marisol” comienza con una versión deformada y filtrada del pasodoble clásico “El Gato Montés”, casticismo de principios del siglo XX rezumando en cada nota. Y entonces la canción se…
Estamos locos con rebe. Si “solo pasiones…” ya nos dejó absolutamente hipnotizados, confirmando su cualidad como pionera y rara avis del pop erótico espacial, ahora nos despierta con un golpe directo al corazón. “Marisol” comienza con una versión deformada y filtrada del pasodoble clásico “El Gato Montés”, casticismo de principios del siglo XX rezumando en cada nota. Y entonces la canción se dispara: donde antes rebe sonaba sedosa aquí suena caprichosa, alocada, impredecible; la canción pizpireta, juguetona, pop electrónico; la letra ensangrentada, descarada, apasionada, dolorosa. Pop bizarro absolutamente radical, y al mismo tiempo, encandilante, seductor, altamente chicloso y adictivo. Porque lo de rebe es habitar terrenos inocupados, aunque pensemos que todo ya se había cubierto. Haría que Susana Estrada sonase elegante, que CAMELA fueran delicados, que LAS CHUCHES parecieran tan exquisitas como Cecilia. Sería capaz de conseguir que las verbenas de pueblo fueran una delicatesen pop.
Para este nuevo single, más bailable que los anteriores, ha contado con la contribución en lo conceptual de OTRO (Aaron Morris) y la masterización de Lorenzo Matellán. Una canción que se adhiere a la memoria de manera instantánea, eufóricamente dramática, maravillosamente genial. Porque estamos hablando de eso, ¿no?