Después de ese sorprendente debut en formato Mini-LP 10” que fue “Disforia”, Javier Aparicio (voz), Borja Aranda (teclados y guitarras) y Raúl Serrano (bajo) vuelven con nuevas canciones, manteniendo ese lenguaje musical suyo, único, que navega de manera particular entre referencias tan distantes como el shoegazing, el dream pop, el rap o el trap. Un idioma propio, una manera peculiar de conectar …
Después de ese sorprendente debut en formato Mini-LP 10” que fue “Disforia”, Javier Aparicio (voz), Borja Aranda (teclados y guitarras) y Raúl Serrano (bajo) vuelven con nuevas canciones, manteniendo ese lenguaje musical suyo, único, que navega de manera particular entre referencias tan distantes como el shoegazing, el dream pop, el rap o el trap. Un idioma propio, una manera peculiar de conectar presente y pasado a través de una melancolía y una tristeza intensa. Como el desencuentro que narra “La Última Vez”, árida y áspera, aunque con un exquisito sentido de la melodía, y que cuenta con la maravillosa colaboración de Valdivia. La cantante madrileña (que en su propia carrera se mueve en unos parámetros melancólicos, también jugando con la electrónica y el folk), aporta un matiz dulce pero crudo, esa belleza cortante que brilla con esplendor en la oscuridad. Un viaje en el tiempo que nos conecta treinta y cinco años atrás con “Primitive Painters” de FELT, aquella fantástica canción que contó con la colaboración de Elizabeth Fraser de los COCTEAU TWINS. El vídeo de Santi Capuz refleja perfectamente el escozor de las relaciones que terminan, los reproches, esa pareja que se mira por la ventana, cada uno en un coche diferente.
Esta entrega digital la completa “No Disponible”, un tema donde vuelve a salir la incomunicación que esconde la multiconexión digital, con unos arpegios que habrían firmado encantados EARLY DAY MINERS o GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR. Llena de angustia y desesperación, con esos bajos profundos y golpeantes, confirma la capacidad del trío madrileño para reflejar los sentimientos y miedos de una generación.
Dos canciones que reinciden en el sonido único de NEVVER, su capacidad para jugar en las distancias cortas, con la intimidad, el tú a tú. Estamos ansiosos por seguir disfrutando de la evolución de un grupo con un camino tan característico.