Edición limitada en vinilo de color blanco. Eso sí que es ärte **El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
NOSOTRÄSH se ha convertido en uno de los nombres imprescindibles del panorama pop independiente de nuestro país. Natalia (voz), Beatriz (guitarras), Montse (bajo) y Cova (batería, ex PENELOPE TRIP) se dieron a conocer en 1996 con “Voy a aterrizar”, un hit instántaneo q…
Edición limitada en vinilo de color blanco. Eso sí que es ärte **El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
NOSOTRÄSH se ha convertido en uno de los nombres imprescindibles del panorama pop independiente de nuestro país. Natalia (voz), Beatriz (guitarras), Montse (bajo) y Cova (batería, ex PENELOPE TRIP) se dieron a conocer en 1996 con “Voy a aterrizar”, un hit instántaneo que a punto estuvo de convertirse en canción del verano. Dos años después vería la luz su primer álbum, “Nadie hablará de... Nosoträsh”, ya en 1998. El disco marcaba distancias con el estándar de “grupo independiente” de aquellos años: ellas preferían el castellano al inglés, las melodías cristalinas al estruendo guitarrero, creando perfectas piezas pop en las que la alegría y los estribillos irresistibles no estaban reñidos con la melancolía y la sutileza.
Dos años más tarde NOSOTRÄSH volvieron a sorprender con su segundo álbum “Mi vida en un fin de semana”, editado por Elefant y producido por el británico Ian Catt (con un currículum que incluye por igual a ST ETIENNE y a MADONNA). El disco marcó un fuerte punto de inflexión en la carrera del grupo, premiado con excelentes críticas en todos los medios especializados. El grupo presentó el album en una extensa gira por todo el país, en el que se incluyeron la práctica totalidad de los festivales de verano, otoño e invierno.
“Popemas”, el disco que tienes en tus manos, dice mucho no ya del talento compositor de NOSOTRÄSH sino también de su espíritu anticonformista y su capacidad para aceptar nuevos retos. Solamente con habernos entregado un nuevo “Mi vida en un fin de semana” volverían a conseguir el beneplácito de crítica y público. Y sin embargo, el tercer largo de NOSOTRÄSH dista mucho de ser una secuela de su anterior trabajo; de hecho es un disco con entidad propia, lo más personal de un grupo que ya era sinónimo de personalidad.
Como su título deja entrever, las canciones de “Popemas” buscan el maridaje perfecto entre pop y poesía; pero cuidado, dicha búsqueda se ha realizado desde la sencillez y la naturalidad, evitando grandilocuencias y pomposidades que chirriarían con la frescura y cercanía de la que ha hecho gala el grupo desde sus comienzos.
Los textos de este disco marcan sin duda la ya irrefutable mayoría de edad del grupo. NOSOTRÄSH consiguen plasmar las emociones del día a día usando su propio lenguaje, algo que en nuestro país sólo habían conseguido unos pocos elegidos como VAINICA DOBLE o LE MANS; sólo ellas pueden describir un momento de felicidad máxima de una forma tan radiante y risueña como en “Ärte”, el corte inicial: “Dormir cien mil horas, soñar que me quieres y no hacerme daño el pellizco, volver a encontrarte a mi lado, volver a abrazarte y desayunarte, esto sí que es ärte”. Y si además estas palabras suenan a ritmo de vals y acompañadas por un elegante bandonéon, mejor que mejor. Otro botón de muestra: el fantástico abanico de alternativas a una tarde aburrida que propone “Gloria”, elegida para ser extraída como single: “hacerme un vestido con mapas de los lugares que he visitado desde que me dejaste... cenar con el camarero de nuestro restaurante...” NOSOTRÄSH no necesitan irse por la tangente o caer en extravagancias gratuítas; más bien su mérito reside en expresar sentimientos cotidianos -con los que cualquiera puede identificarse- de una forma tan personal y única que acaba resultando novedosa.
Para acompañar a estos textos NOSOTRÄSH han pergeñado un delicioso catálogo de pequeñas miniaturas pop, de canciones reducidas a su mínima expresión que pocas veces superan los dos minutos: es muy normal que el primer estribillo ponga punto y final a la canción en vez de dar paso a una nueva repetición de estrofas. Una admirable capacidad de concisión, de prescindir de todo lo superfluo y quedarse únicamente con lo fundamental, sin que esto afecte en ningún momento a la accesibilidad de las canciones: siguen luciendo tan inmediatas y luminosas como de costumbre, pero ahora tienen el lustre de un grupo que conoce a la perfección el terreno por el que se mueve, y que intenta estirar sus -ya numerosas- posibilidades.
Para conseguir un sonido distinto al de sus anteriores discos, el grupo recurrió a los servicios de Ibon Errazkin; el ex LE MANS ya había demostrado su solvencia como productor en trabajos de ANA D y CARLOS BERLANGA, y en esta ocasión ha sido pieza fundamental para conseguir que estos “Popemas” suenen realmente fascinantes en su concisión y sencillez. Algunas canciones se construyen casi únicamente sobre percusiones y voz (“Gloria” o “Corazón-Colilla”). En otras Ibon introduce sutiles efectos electrónicos (“Agarradita”, “Por los restos”) o guitarras tocadas por él mismo (“Cenicero”, “Ärte”), consiguiendo siempre darle a cada tema exactamente lo que necesita, sin caer en las soluciones más fáciles (cuerdas, vientos).
Además de Ibon Errazkin, las NOSOTRÄSH contaron en este disco con un nutrido plantel de colaboradores. Nacho Vegas escribe junto a Beatriz “Tres tristes tigres” y la canta a dúo con Natalia, aportando un toque de tristeza agridulce perfecta para cerrar el disco. Aunque en realidad el cierre lo pone una sorpresa no acreditada, dirigida especialmente a los que siguen al grupo desde el principio. También han colaborado Frank Rúdow (MANTA RAY, VIVA LAS VEGAS) a los bongos y el shaker; Luis Navarro (EDWIN MOSES) a la guitarra, o los PATRULLERO MANCUSO Murky (guitarra) y Guiller Momonje, éste último con percusiones de todo tipo: incluído el burbujeante efecto conseguido con una lámina de metacrilato que se escucha en “Corazón-colilla”. Y es en esta canción donde se oye un gigantesco coro formado por amigos y amigas del grupo, entre los que se encuentran Jose Luis (MANTA RAY), Pedro Vigil (VIGIL, EDWIN MOSES, PENELOPE TRIP), o Eugenia Gancedo, primera bajista de NOSOTRÄSH.
Pero que los árboles no nos impidan ver el bosque: las auténticas protagonistas de este disco son las canciones: “Ärte”, “Agarradita”, la desnuda tristeza de “Electrojeanette”, la muy norteña y evocadora “Sobre mi pecho un alud”... Mención especial para la frágil voz de Natalia, que se contagia del ambiente sutil y delicado del disco cantando de forma contenida y emocionante, ofreciendo cada vez más registros distintos. Aunque este es un disco tan especial que también hay sitio para las voces de Cova (“Corazón-colilla”), Beatriz (“Cenicero”) y Montse (“Polilla”).
NOSOTRÄSH ya habían demostrado su talento para componer canciones inmediatas, frescas y memorables; en este disco dan un doble salto mortal creando una colección de temas llenos de matices, sensibilidad y riesgo, algo que sólo está al alcance de los (¡las!) más grandes: si en el pop español se valorase mínimamente la inteligencia, la personalidad y el buen hacer, NOSOTRÄSH no tendrían vitrinas suficientes para guardar todos los trofeos y premios acumulados.