Vicente Rodrigo. Madrid, 16/09/2015.

El grupo de Gales regresa con un tercer disco lleno de referencias fieles a su impecable trayectoria: melodías nostálgicas, acordes sesenteros y su característico optimismo naif. La inconfundible voz de Liz tiñe nuestras tardes de otoño con “Wasting time and wondering”, un LP tarareable y de aspiración sixties con buenas dosis de brillantez.

Como siempre, el grupo ofrece un recorrido por los estados de ánimo que mueven al ser humano, desde la pasión cegadora de los primeros momentos de conocer a la otra persona al sentimiento agorero que presiente un final infeliz. Como sea, nadie como “The School” para revestir la letra más triste del mundo de un colorido pop que inyecta energía y la sensación de que el mundo es un lugar sencillo y digno de ser disfrutado.

Pasarán a nuestra memoria grandes temas como “All I want from you is everything”, The School en estado puro, una declaración de intenciones que deslumbra por su sencillez.

Otra canción hecha para perdurar es “He’s gong break your heart one day”: no conquista a la primera escucha, pero es capaz de transmitir una intensidad en aumento sólo posible en la clásica chanson française.

Es una maravilla recorrer el paso de los años para observar la evolución de un grupo sencillo y con pocos aires como The School. Hace cinco años, aquel “Loveless unbeliever” se antojaba como una pieza única, si bien la banda demuestra no haber tocado techo aún viendo lo mucho que sigue aportando.

Sin duda, el otoño se afronta mucho mejor con los 13 temas de “Wasting time and wondering”.