La idea hoy era reseñar unos cuantos discos, pero me puse a escribir sobre el primero y la cosa se me fue de las manos. Así que todo el “post” para comentar nuestro álbum de la semana (y mañana comentamos otros):
 
-SINGLE: “Monólogo interior” (Elefant)
 
La trayectoria de estos dos personajes (Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin) merece admiración. Con Aventuras de Kirlian (desde 1985) se adelantaron a la explosión indie, mostrándonos ya su mundo: intimista y siempre al margen. Con Le Mans (desde 1993) la cosa pasó a mayores. Gracias a ellos, La Buena Vida o Family, empezó a hablarse del “Sonido Donosti”: etiqueta excesiva para agrupar proyectos con denominación de origen y sabor a mesa camilla, a costumbrismo cotidiano.

Pero a Le Mans enseguida todo esto se les quedó pequeño: disco a disco iban transformando y refinando un estilo único, totalmente personal. Con sus tres últimas referencias pusieron un elegante F-I-N a toda una época y un grupo que quizá ya no podía dar más de sí. Mi banda más añorada de aquellos años.
 
En las bandas mencionadas no estaban solos, pero ellos eran el alma. Tras la separación, Ibon creció musicalmente. Más ambicioso (siguiendo su propio camino), sus discos en solitario son raras avis que muestran a un creador libre de presiones, a su aire, alejándose de expectativas previas. No hay que olvidar sus otros proyectos anteriores (el juguete electrónico Instrümental y los verdaderamente instrumentales Daily Planet). Con todo lo aprendido en tantas aventuras, su obra crecía por sendas inesperadas. Y más méritos: una banda sonora o sus producciones para otros artistas, no muy abundantes pero siempre asombrosas. Ana D, Nosotrash, Carlos Berlanga…
 
Y, de repente, la ansiada vuelta de Teresa e Ibon en 2005 a través de un nuevo nombre: Single. Teresa deja el bajo y se pasa al micro. E Ibon… bueno, Ibon puede hacer y tocar lo que se proponga. Con los singles y el primer álbum (“Pío pío”, 2006) no defraudaron: una colección de temas variados y traviesos. Tras un single disparatado (“Mr. Shoji”, 2009), nuevo cambio de rumbo: “Monólogo interior”.
 
Resumiendo, delicioso. Delicioso, sí, pero requiere mucha atención… La sorpresa inesperada de la temporada resulta exigente. Una colección de miniaturas para mirarlas desde dentro.
 
Al principio defrauda, luego encandila… Las letras, reflexiones y fragmentos poéticos (a veces desternillantes) que les vuelven a elevar muy por encima de la media: la fugacidad (“Todo cambia en un instante”), el destello de una idea (“Pensamiento”), un momento de lucidez (“En el restaurante”), un paseo por la cornisa (“Miau”), los colores del pincel (“Chinese White”)… Abundan los ecos de Vainica Doble (“Posponías”, una maravilla), y no solo en las letras (“Oda a los negros”). Respecto a las músicas… el mismo espíritu impresionista, de belleza estática, para fijarse detenidamente en los arreglos, en los detalles… Hay valses y orquestinas. Ibón más centrado en la guitarra, ayudado por Genís Segarra (ruiditos y sintes), el piano de Rafael Guillermo (soberbio), la batería de Joan Vich y el bajo de Ricardo Alonso. Todos más centrados en crear un ambiente que en sus propias florituras. Ambiente que se traslada incluso al diseño del disco y la magnífica portada, una pintura de (¿cómo no?) Javier Aramburu con una Teresa ensimismada.
 
(Única pega: ¿de verdad era necesaria esa versión de “Gracias a la vida”? Lo siento, baja puntos…)
 
14 temas sosegados, tranquilos, breves. Como el disco: 33 minutos. No es para todo el mundo, eso seguro, pero atrapa…
 

Single [Telemadrid.es]
foto: Archivo Elefant



Single [Telemadrid.es]
foto: Archivo Elefant

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