The School
Muzikalia [sp]: Reseña fiesta Elefant Club 001
Primera fiesta Elefant Club (The School + Band à Part)
Una deliciosa noche de pop inauguró ayer el ciclo de fiestas mensuales Elefant Club en la reformada sala Siroco. Por ambiente, la velada me recordó a vertiente popera de las míticas fiestas de Flor de Pasión, pero con mejor sonido y sin aquel clima tropical que creaba el (no) sistema de ventilación del antiguo Siroco.
Comenzaron Band à Part, quienes emularon su sonada actuación del último Contempopránea, demostrando en Siroco que aquellas críticas positivas eran bien merecidas. Divertidísimos y en formato banda, con Joan Pernil (Cola Jet Set) en la batería y Gonzalo Flu con trompeta y teclado, el dúo aprovechó para presentar el single que acaban de publicar, “Una persona normal con gafas de metal”, sin olvidar temas ya conocidos como “Sputnik, Mi Amor” o “Al sur de Portugal”.
The School llegaban a Madrid en pleno proceso de elaboración de su segundo disco, así que avisaron desde el principio que iban a estrenar canciones, e incluso abrieron con una novedad, “Stop that boy!”. Con ocho componentes dirigidos por una encantadora Liz Hunt, los galeses ofrecieron una magnífica demostración de que bucear con gusto en el pasado puede ser todo un acierto. Melancólicos en las letras (atentos a los títulos de las canciones, ni a J de Los Planetas le ha podido ir tan mal en el amor), luminosos en las melodías y suntuosos en el sonido (dos violines y una trompeta), The School sintetizan con éxito lo mejor de sus evidentes referencias sesenteras.
Las nuevas canciones (“Where does your heart belong?”, “Why do you have to break?”, “Some day my heart will beat again”, “That boy is mine”), mantienen una línea similar al Loveless Unbeliever, quizás con un poco más de soul, así que encajan a la perfección con la mejor parte de único disco (“Valentine, “Is He Really Coming Home?” “I Want You Back Hoping And Praying”, “I Want You Back” o “Shoulder”).
Tras el exquisito viaje al pasado de los directos, otra de las ventajas del Siroco, que se puede pinchar y bailar hasta bien entrada la madrugada, sobre todo si a los platos (en este caso Ipad y MacBook), se ponen Guille Milkyway y Luis Elefant.