Single

SINGLE: UNA NOCHE EN EL TEATRO

Escrito por Jose L. Rodríguez-Mera Rguez

Nocturama 2015. Jueves 27 agosto

Primer acto: introducción

No había telón para subir, pero al ritmo de “Modo B” hacían acto de presencia, con aspecto beduino, Teresa Iturrioz e Ibón Errazkin (aunque más bien era un trasunto de Peter Sellers meets George Harrison), personajes clave en la historia del pop español desde los ya lejanísimos tiempos de Aventuras de Kirlian y Le Mans.

Ya en la presentación de la segunda canción, “Amor...amar” versión popularizada por Camilo Sesto pero que, según contó Teresa, fue escrita por Lucía Bosé (¿ésta mujer sabía hacer de todo?) quedó patente que sería ella, Teresa, quien iba ejercer el papel protagonista de la obra. Desde sus inicios han incluido Single versiones en sus discos y directos, nunca obvias, siempre interesantes (sonaría también “Soy una nube”, de las desconocidas Elia y Elisabeth) y fruto del conocimiento enciclopédico que Ibón tiene del mundo de la música, algo que también se ve reflejado en las influencias del grupo, heterogénas y sin miedo de ir desde la canción lírica española al reggae pasando por el pop electrónico hasta sus amagos de hip hop. Con “Posponías”, del disco Monólogo interior, y “Globo de hielo”, se ponía fin al primer acto, con Teresa camino de un elegante biombo situado entre bambalinas.

Segundo acto: nudo

Aparcados los sonidos electrónicos, la segunda parte del concierto tuvo un cariz marcadamente acústico, cercano incluso a la canción melódica española, tan típica de los años 70, muy deudora de las siempre reivindicadas Vainica Doble e ideal para que la voz de Teresa brillase con luz propia. No hay nadie en el pop español que pronuncie y encaje las letras con las melodías como ella hace, unas letras que, como ocurre en “Virgen del Cisne”, incluyen palabras tan atípicas para una canción pop como policromado. Junto a “El amor en fuga”, del primer EP del grupo “Su recuerdo” (Elefant, 2006) y homenaje a la película del mismo nombre de François Truffaut (porque si las referencias musicales en la banda son inabarcables, las cinematográficas no se quedan atrás), y “Miau”, en este segundo acto, mi favorito, destacó sobremanera una “Me enamoré” interpretada con una precisión y elegancia tal que marcó el momento álgido de la noche.

Tercer acto: desenlace

Se enfundó Teresa para la recta final del concierto un vestido dorado a medias de abrochar por la espalda y con “viscas”(sic) a Sevilla, los ritmos electrónicos de “Palmeras” nos introducían en un último acto donde sonarían algunas de las canciones más conocidas del repertorio del dúo donostiarra. “Rea”, single de su último disco de mismo nombre, “Mr. Shoji”, cuyos acordes sirven de sintonía para el programa de La 2, “Cachitos de hierro y cromo” y es imposible dejar de tararear, y una reivindicativa “Tu perrito librepensador” acusada por algunas mentes perturbadas como “una canción machista” cuando, como explicó Teresa, no es más que una declaración de amor de un perro a su amo.

Con un imaginario patio de butacas (vamos, el público cercano al escenario) puesto en pie, pusieron punto final a la función con “Siete”, oda con ritmo dub al número mágico (“maravillas hay siete y las artes son siete; dicen siete pecados y son siete las notas. Y así hacen siete siempre salen siete”), no sin antes llevarse una nueva ovación, especialmente Teresa Iturrioz, todo elegancia y saber estar, una presencia magnética en el escenario, con el beneplácito de un Igor cómodo en un segundo plano de la escena.