Koult [Es]: "Rea" el disco polinesio de Single [Crítica]
Rea, el disco polinesio de Single
La innata inteligencia de sus textos y melodías y el honesto tributo al movimiento Lovers Rock, los dos ingredientes principales del probable mejor álbum estatal del año
“Ya se escucha el eco que me hace prisionera de las canciones Lovers y la música ligera”. Así arranca ‘Rea’, el primer sencillo, que también da nombre al nuevo disco, de Single. Podría ser una frase singleliana más, pero tras escuchar el tercer trabajo del dúo donostiarra se torna en una evidente declaración de intenciones.
No cabe duda de que se refieren al Lovers Rock, variante del reggae de corte romántico surgido a finales de los 60 en Jamaica y Estados Unidos, cuyo mensaje apolítico y amoroso hizo que se consolidara en la agitada escena londinense de los 70.
Ya lo atestiguaron en 2005 cuando, con la publicación del Ep Honey, Ibon Errazkin yTeresa Iturrioz oficializaron esta nueva aventura. En ella se desmarcaban del minimalismo y la melancolía, que tan buenos resultados les había dado con Le Mans, para apostar por un estilo propio en el que los sonidos coloristas de índole más comercial, como el reggae, el duby el groove se mezclaban con un pop luminoso, muy propio de la escudería Elefant. Y así lo demostraron un año más tarde con el excelente Pío Pío, disco que podría considerarse de culto y que a día de hoy suena como si se hubiera grabado ayer.
La duda la sembraron cuando publicaron su segundo álbum, Monólogo interior, un disco introspectivo que parecía alejarse de los Single que hasta entonces habíamos conocido para acercarse a los Le Mans de siempre. Pero, salvemos las distancias y fiémonos del tiempo, que es quien pone todo en su sitio: ese sonido tan especial tiene mucho más que ver con Single y menos con Le Mans de lo que en su día se creyó. Sus directos, cargados de ritmo y confeti, así lo confirmaron, aunque los arreglos tan peculiares de Genís Segarra, 50% de Hidrogenesse, también ayudasen.
No en vano, esta vez, Teresa e Ibon se han puesto al servicio de Hidrogenesse, quienes se han encargado de las labores de producción, logrando un resultado tan sorprendente como apasionante.
Rea es el mejor disco de Single y eso ya es mucho decir.
Hidrogenesse se han encargado de las labores de producción logrando un resultado tan sorprendente como apasionante
El antes citado Lovers Rock es imprescindible para entender este nuevo trabajo. No sólo les ha servido para inspirar las nueve canciones que lo forman, sino que también ha sido la manera que han elegido para rendir tributo a dicho movimiento, del que siempre se han declarado “lovers”. Todo en Rea es un joie de vivre que empuja, de alguna manera, a alargar los días de verano y las sobremesas. Ayuda a olvidarse de las miserias que a diario pueblan nuestros periódicos, para centrarnos en los placeres de la vida: en el vermuth matutino o en las vacaciones soñadas junto a la persona ideal.
Abre ‘Modo B’, divertido cántico sobre la volubilidad del comportamiento humano, el cual Teresa, con su característica elegancia y sentido del humor, compara con cambios meteorológicos como lo son los “claros y chubascos (y chubascos)” que merodean en mi cabeza desde el primer día que la escuché. Le sigue ‘Nota mental’, con sus ritmos tropicales –entendidos desde una perspectiva nada convencional, algo marciana– en el que uno imagina las complejas formas geométricas de Busby Berkeley jugando a crear flores y sombrillas chinas.
‘Globo de helio’ recuerda a los Le Mans de ‘Zerbina’. Preciosa y delicada melodía que poco a poco va creciendo, ascendiendo como un globo de helio, hasta llegar a los terrenos de la pista de baile. Hoy por hoy, mi preferida del disco. ‘Me enamoré’ y su extenso catálogo de peinados, repite la fórmula con la que sorprendieron en ‘Posponías’: una especie de musical castizo –imagínense a Sweeney Todd comiéndose un cocido-, que concluye con una osada Teresa disfrazada de Missy Elliott junto al rap de Garbanzo. Increíble (“Claaaro”).
La mencionada ‘Rea’, con ese estribillo tan difícil de olvidar, lo tiene todo para convertirse en la mejor canción estatal del año. Aunque, ojo, hablar de la mejor canción cuando estamos ante un álbum que parece un Greatest Hits, es decir nada. ‘Siete’ o ‘Palmeras’, ambas pura Polinesia, son capaces de que las bonitas –y pánfilas– mujeres de Tahití que inmortalizóGauguin cobren movimiento.
Single han sabido dar con la fórmula para que las largas horas en la oficina se conviertan en deliciosas vacaciones al sol del Caribe
La sutileza de ‘Virgen del cisne’, con esos arreglos preciosistas y nada exuberantes, dejan claro que cuando Hidrogenesse se lo plantean, pueden hacernos soltar la lagrimilla. Ya lo demostraron en la estremecedora ‘Historia del mundo contada por las máquinas’, del excelente Un dígito binario dudoso. Belleza.
Para concluir, no hay que pasar por alto la destreza que Ibon y Teresa demuestran llevando a su terreno canciones ajenas. En esta ocasión han elegido ‘La moto’, del uruguayo Leo Maslíah, que en manos de estos buenos donostiarras suena danzarina y alocada. Está claro que Single no son sólo buenos músicos, sino también grandes descubridores.
Ante un disco así, es muy difícil no caer rendido. Ellos han sabido dar con la fórmula para que las largas horas en la oficina se conviertan en deliciosas vacaciones al sol del Caribe. Sólo puedo dar las gracias por semejante estímulo. Imprescindible.
Fotos: Javier Bernal Belchí
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