Le SuperHomard
Ecos De Vinilo [Es]: Le SuperHomard: Misterio y clase [Crítica]
Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Un disco con una clarísima vocación bucólica, con regusto a corazones rotos y soft psicodelia. Meadow Lane Park hace honor a todo lo generado por el single de adelanto Springtime, confirmando a los franceses Le SuperHomard como una de las agrupaciones más interesantes y adictivas de la actualidad. Los sonidos que proponen son de difícil clasificación y eso les avala. Tras editar sus primeros EPs con sellos japoneses y británicos, Le SuperHomard se apunta a un sello con mucha solera, Elefant Records, para lanzar su primer elepé y el resultado es soberbio.
In The Park es el preámbulo instrumental, destapando sin disimulo una serie de estampas lisérgicas que acarician los sentidos del oyente. Springtime es el primer tema cantado y el impacto es instantáneo, con una base synth n’ dance contagiante y una línea melódica cargada de charm. Door After Door recuerda en mucho lo que hoy hacen los Arctic Monkeys, especialmente en el trabajo del bajo y los fraseos de los teclados, pero en este caso con mucha más sutileza. Paper Girl mete la quinta velocidad y llega con un pop indetenible, adictivo y frenético. Karaoking se basa totalmente en el piano, en un registro de pop clásico con cierto regusto a Stevie Nicks en las estrofas iniciales.
La gran joya del disco es Snowflakes, un landscape infinito, un viaje a sistemas lejanos y desconocidos. El tema que titula el álbum también está entre lo más destacado, con Julie Big hipnotizando desde un trabajo vocal simplemente perfecto.
Elephant In The Room da un paso atrás en cuanto a tempo, para ganar impulso con la cristalina SDVB. Black Diamond es la única pista con preponderancia de la guitarras acústicas, sin que ello signifique que no participen los teclados, sumando apuntes al trabajo melódico y generando un leve colchón sonoro. Refuel es el corte más lento y soñador del tracklist, con mención especial para los matices orgánicos que suma la percusión menor en armonía con los sintetizadores. Back To Meadow Lane cierra con una corta caricia retro, un guiño a las sintonías de las series de los sesentas.
Le SuperHomard son misterio y clase, precisión en los caminos tomados y gusto exquisito por los manjares que ofrecen a los sentidos.
Última actividad