ER-1161LP [Descatalogado] / CD Digipak / Álbum Digital (MP3)
El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
No vamos a estas alturas a pararnos a hablar sobre las excelencias de la carrera de Alex Díez, bien al frente de COOPER o de sus míticos LOS FLECHAZOS. Su voz, su estilo, su figura, incluso todo aquello que rodea a su leyenda, siguen estando ahí y lo seguirán estando para todos aquellos afortunados y deseosos de disfrutarlas. Y por todo el…
El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
No vamos a estas alturas a pararnos a hablar sobre las excelencias de la carrera de Alex Díez, bien al frente de COOPER o de sus míticos LOS FLECHAZOS. Su voz, su estilo, su figura, incluso todo aquello que rodea a su leyenda, siguen estando ahí y lo seguirán estando para todos aquellos afortunados y deseosos de disfrutarlas. Y por todo ello estamos de enhorabuena, porque por fin tenemos lo que estábamos esperando, una nueva colección de canciones en formato largo.
Y es que las canciones de COOPER hablan por sí mismas, explican el estado de ánimo y la situación de su autor, y transmiten todo esto de manera mágica y tremendamente emocionante. Pero en esta ocasión más que nunca, si cabe. Porque “Mi universo” es probablemente el álbum más personal de Alex, y así lo quiere indicar su propio título. Una grabación mimada hasta la extenuación, realizada en los míticos Konk Studios de Londres, estudios fundados a principios de los años 70 por Dave y Ray Davies (THE KINKS), y en el que han grabado artistas como BLUR, THE STONE ROSES, THE ARTIC MONKEYS, SUEDE, SPIRITUALIZED, THE CHARLATANS, Elvis Costello, THE BEE GEES o, como no, los mismísimos THE KINKS. Unos estudios que representan un sonido, una forma de entender la música de la que Alex Díez es estandarte dentro del panorama musical, y esa chispa, esa conjunción, ha provocado la magia que despide cada sonido del disco, y que hace de éste, su cuarto álbum, el mejor de su carrera.
Una declaración de intenciones que le da inicio al disco con fuerza y energía (“Mi universo” había salido previamente en el single especial para el Record Store Day, en versión en directo), bajo una estrella de redención y autoafirmación. “Quién pasó demasiado tiempo / adoptando costumbres de caracol / Ahora no queda más / que sacar tus tristezas al sol” en un hit marca de la casa. “Alicia” es una canción de duermevela, hermosa, pluscuamperfecta en su concepción pop, no demasiado lejos de una mezcla perfecta entre THE BYRDS, TEENAGE FANCLUB y Josh Rouse. Aunque puede que lo más llamativo de esta canción es lo que revelan esas últimas frases que resumen a la perfección el sentir de esta composición y cierto aire de revelación adulta que recorre el disco “Que el mundo nunca será / como cuando está dormida / todo es tan triste y extraño al despertar”.
“Cortometraje” es una postal en sepia, una nueva mirada atrás para ver que el tiempo no perdona, pero hecha con la vitalidad del mejor power pop, con sabores de ambos lados del charco, desde THE THRILLS o ATTIC LIGHTS a VELVET CRUSH o FOUNTAINS OF WAYNE. Entre los símiles cinematográficos se cuelan unas frases maravillosamente dolorosas: “Rodaste esta secuencia / cambiando de reparto / Yo ya no tengo opción / en tu guión”.
“Primer día” es un canto a su hija, en el que se reflejan todos los miedos del que ya ha visto pasar muchos terrores ante sus ojos, y mira a su pequeña, sabiendo que ella también crecerá con los suyos. Pero una canción así en la voz de Alex y con esas guitarras urgentes y aguardentosas, y ahí esta una de las maravillas más grandes de este disco y de la carrera de COOPER en general, consigue justo el efecto contrario: imprime la fuerza necesaria para afrontar esas situaciones con desafiante vitalidad.
“Saltos de esquí” representa ese mortal sin red que es la vida, con idea bien clara y presente: “Ya está aquí el invierno que mil veces yo soñé / Ahora siento su aliento en mi cara al descender”, de nuevo entre coros y armonías ensoñadoras y llenas de fantasía.
“Arizona” pone la quinta, sacando de nuevo a relucir a THE BYRDS pero esta vez espoleados por THE JAM. Una buena demostración del perfecto equilibrio entre melodías perfectas, energía y ritmo, y espíritu puramente pop. “El regalo”, por el contrario, pone la pausa del disco en un nuevo tema que busca sus emociones bajo el paraguas de la paternidad, entre THE BEATLES y Billy Nichols. Armonías y desarrollos melódicos imposibles creando un ambiente melancólicamente agridulce.
“La señal” es la canción que demuestra que todas estas confesiones no son más que interrogaciones abiertas, mientras unas guitarras en fuego buscan su espacioentre los mismísimos KINKS, como no, y la mejor tradición del pop en castellano. Justo después “En la basura” pisa dos pedales más y sube la intensidad al máximo, como si LOS SALVAJES estuvieran furiosos por no poder darle más potencia a su amplificador. Una letra despechada y toda la potencia necesaria para poner el corazón a mil.
Pero el cierre, “Carrousel”, es toda una revelación, musicalmente hablando, dentro de la carrera de Alex Díez, a veces cerca de THE STONE ROSES, con unos arreglos de guitarra rabiosos y urgentes. Con una estructura compleja, constantemente cambiante, con gran intensidad que comienza en niveles elevados, y un éxtasis total que despide por todo lo alto a “Mi universo”. Y una letra pesimista, negra como pocas veces habíamos visto en el que fuera líder de LOS FLECHAZOS, llegando incluso a ser desasosegante: “Desde ayer ya no brilla el sol / Pues su luz se diluye en tus lamentos / Desde ayer se apagó mi voz / Y no sé liberarte de este infierno / … / Y gira el carrousel por última vez”.
Un álbum que, creativa y líricamente, marca un punto y aparte para su autor. Un álbum que se dará a conocer por todo lo alto en un Tour virtual online a lo largo de los diez días previos al lanzamiento del disco. Se presentara cada día, una de las canciones del disco con un video propio para cada una de ellas, en diferentes plataformas de internet, blogs, webs y revistas musicales.