Edición Limitada 1000 copias **Incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
THE CARROTS surgieron con la intención de ofrecer una propuesta divertida, desenfadada, que actualiza el legado de los "grupos de chicas" de los años 60 como THE MARVELETTES, THE COOKIES o THE SUPREMES. El factor digital tuvo un gran protagonismo en la historia del grupo: un boletín de myspace en el que Veronica Ortuño buscaba gente para montar un grupo q…
Edición Limitada 1000 copias **Incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
THE CARROTS surgieron con la intención de ofrecer una propuesta divertida, desenfadada, que actualiza el legado de los "grupos de chicas" de los años 60 como THE MARVELETTES, THE COOKIES o THE SUPREMES. El factor digital tuvo un gran protagonismo en la historia del grupo: un boletín de myspace en el que Veronica Ortuño buscaba gente para montar un grupo que sonase como THE RONETTES o THE CRYSTALS fue el germen que propició la creación de la banda en 2005. Más tarde llegarían sus primeras maquetas con excelentes canciones que fueron decisivas a la hora de fichar al grupo. El primer resultado es este fantástico y limitado single, "Doing our part" que contiene cuatro canciones registradas con Eric Wofford en Cacophony Studios. Canciones que nos recuerdan a la banda de Martha Reeves, a Linda Scott, a Skeeter Davis, a THE CRYSTALS, THE COOKIES y muchos más, pero con un estilo desenfadado, actual, nada recargado y muy directo, que les emparienta de alguna forma con bandas como THE PIPETTES o CAMERA OBSCURA. Temas salpicados de historias de jóvenes enamorados, desengaños amorosos ("Doing our part", con ese quiebro woo-dop en mitad del tema y un estribillo que se queda indeleble en la memoria del oyente), corazones rotos ("Ladies of givens", ¿no os recuerda su final un poquito a LOVIN’ SPOONFUL?), amores de instituto desvanecidos que se esconden secretamente ("Secret Since 99"), e incluso esa leyenda del adolescente muerto ("Jimmy don’t cry", con un delicioso toque jazzy), que todos aquellos grupos de los cincuenta escribieron pero que, como no, ellos afrontan con mucha ironía y desenfado. En definitiva, cuatro canciones con melodías certeras, divertidas y adictivas como una tarta de chocolate.