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03/03/2015

Le Cool [Es]: Previo Concierto Barcelona Music Hall



La Bien Querida


Corría el año 2010 y no me gustaba La Bien Querida. Lo había intentado varias veces poniendo el disco en casa, dándole una escucha de aquellas serenas y frías, con la mañana tranquila, un café al lado y el oído resabiado del que espera escuchar una colección de cancioncillas cursis. Dos años después bajo los efectos de alguna poderosa droga desarma-corazones la escuché en pleno subidón de amor, en plena desnudez y en plena efervescencia emocional. A partir de ese día amé La Bien Querida y la seguiré amando hasta el día en que me muera. La Bien Querida es un estado interior, es la mirada del amante huérfano de vergüenza y también de miramientos, con sus ráfagas hiper-edulcoradas, furiosas, tiernas hasta decir basta y vengativas por despecho. Es el fogonazo de los sentidos, es mirar sin antifaces y de muy cerca la cara del amado y decirle todo lo que nunca le has dicho. Simplemente canciones de amor sin depurar ni procesar, de amor puro, de amor sin filtros.

Premeditación, nocturnidad y alevosía es un álbum de La Bien Querida en el que se incluyen las canciones de tres Maxi-Singles en vinilo 12″, titulados respectivamente “Premeditación”, “Nocturnidad” y “Alevosía”, con cuatro temas cada uno. Las tres portadas forman un cuadro de la propia Ana Fernández-Villaverde, que se completa con la portada del CD que da lugar a una figura imposible inspirada en los trabajos de M.C. Escher. Cada uno de los maxi-singles se presenta a través de un videoclip de uno de los temas principales, y juntos conforman una trilogía dirigida por Juanma Carrillo, autor de cortos multipremiados como “Andamio”, “Fuckbuddies” o “Caníbales”. Un conjunto de canciones que incide en la parte electrónica que ya protagonizó Ceremonia (2012) y que en Premeditación ya viene liderada por “Poderes extraños”, anunciada como “una buena prueba de hasta dónde puede llegar esta colección de canciones: un estribillo hechizante, hipnótico, pero a la vez huidizo, recorrido por estructuras gramaticales imposibles. Muero de amor tras el desbordante “Premeditación” (single nacional de 2014 en el Rockdelux 335), la trilogía electrónico-nocturna de La Bien Querida sigue dando alegrías. O tristeza de la buena. Como su precedente, “Nocturnidad” muestra a Ana Fernández-Villaverde (y, a su lado, a un David Rodríguez de paleta sonora creciente) entregada al cultivo casi feroz del remordimiento, el desánimo y la culpa, como de costumbre con letras tan claras, tiernas y rotas como bien encontradas. (Ama, Ama, y ensancha el alma).


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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