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28/02/2013

Teatre Nacional de Catalunya [Sp]: Marc Rosich and Guille Milkyway talk about "La Dona Vinguda Del Futur", Interview



 

La dona vinguda del futur

 

Marc Rosich y Guille Milkyway hablan de La dona vinguda del futur


Son el alma de La dona vinguda del futur. Dos apasionados de su trabajo que han unido esfuerzos para crear este musical pop y vitalista, que promete ser una de las revelaciones de la temporada. Marc Rosich, que estrena su primer texto de creación en el TNC después de triunfar con las dramaturgias de Mort de dama y de Pedra de tartera, y Guille Milkyway, alma de La Casa Azul, uno de los grupos pioneros del panorama pop independiente del país, nos hablan de esta deliciosa locura titulada La dona vinguda del futur.




Marc Rosich y Guille Milkyway. Foto: Isaías Fanlo / TNC.

Marc Rosich: Casi no me creo que La dona vinguda del futur se haya convertido en realidad. La idea de hacer este musical salió de una broma que nos hacíamos en la compañía de teatro familiar Teatre Obligatori mientras íbamos de bolos por toda España en furgoneta. Los viajes duraban horas, y pensábamos en las historias más alocadas. Hablando y hablando descubrimos que la publicidad escondía un montón de historias potenciales. Muchas historias que no se explican y que podían ser fascinantes.

En este sentido, ¿qué pasaba con la mujer venida del futuro, de esa mujer que salía en aquel famoso anuncio de detergente y que se convirtió en una especie de icono? ¿Qué pasaba con ella cuando se acababan los veinte segundos del anuncio y había ayudado a su clienta a eliminar las manchas? Éste fue el punto de partida de La dona vinguda del futur. Evidentemente, luego la cosa fue mucho más allá.

Para hacer un musical como éste necesitaba la complicidad de una persona como Guille. Primero, porque soy muy fan de su música. Además, sabía que él es un especialista en hacer jingles publicitarios, de manera que encajaba perfectamente con el musical. Y además, siempre había querido trabajar con él. Sabía que combinaríamos bien. Guille Milkyway es un maestro en hacer himnos pop, y yo también tengo una vertiente de escritor teatral pop, si es que podemos utilizar esta expresión. Duty Free, N&N… son obras de teatro que he escrito y que seguían una estética pop muy marcada. Los dos tenemos mundos muy afines.

Guille Milkyway: A mí este musical me planteaba retos muy interesantes. Ya lo ha dicho Marc: he hecho bastante música para publicidad, pero normalmente, cuando haces música para anuncios, estás muy encorsetado. Las exigencias son muchas y muy concretas.

Lo que no había hecho antes es lo que he hecho aquí: música para publicidad con absoluta libertad. Personalmente, me siento liberado, porque no he tenido que ponerme ningún freno, he podido trabajar con una libertad total. Y ha sido una experiencia muy gratificante, que me ha permitido investigar mucho, llegar al límite. No me he tenido que contener nada… ¡y mi manera de ser es totalmente contraria a la contención!

Rosich: ¡Yo tampoco me caracterizo por ser nada contenido! (Ríe.) En La dona vinguda del futur me he podido permitir unir los elementos más alocados que me han pasado por la cabeza. Es un momento delirante tras otro…

Milkyway: Y ha sido así desde el principio. Recuerdo los primeros escritos que me pasaste: ¡me moría de risa yo solo! Fue una gran fuente de inspiración y me sirvió para ir más allá de lo habitual. Mis canciones tienen una cierta tendencia a la seudoépica, ¡y me daba la impresión de que con el texto de La dona vinguda del futur me abrías la puerta para que pudiera desarrollar este tema…! De hecho, el proceso de cración ha sido muy natural. Texto y música casan perfectamente. Ésta ha sido una de las claves.


Videoclip de la canción del espectáculo He vingut del futur.
Dirigido por Lyona.

Rosich: «Natural» es una palabra importante. En los ensayos todo ha ido saliendo de manera muy natural. Las actuaciones, las coreografías, la implantación en escena se ha puesto en su lugar sin tener que forzar nada. Es mágico. Creo que es un montaje con un componente mágico muy importante. Tengo la sensación de que no hemos tenido que sufrir nada para conseguirlo, que todo ha salido sin problemas.

Milkyway: Es que yo creo que el sufrimiento en el proceso intelectual está muy sobrevalorado. A veces tendemos a asociar un buen resultado artístico con un sufrimiento previo, y no siempre es así.

¡Y mira que yo soy de los que sufren, normalmente! Pero no en esta ocasión. Quizá es porque cuando trabajo, acostumbro a ser 100% responsable del producto que hago, y en este caso he tendí que trabajar en equipo, lo que para mí supone una experiencia diferente. Lo he hecho en alguna ocasión, pero no a menudo. ¡Y tengo que decir que nunca me había divertido tanto trabajando en equipo! Además, es mi primera experiencia teatral y ha sido muy gratificante.

Rosich: Una de las cosas que tenía claras para este proyecto es que si quería que el experimento saliera bien tenía que contar con un equipo muy cómplice en todos los ámbitos. Empezando por Guille, con quien nos conocemos desde hace tiempo, pero también con el resto de personas: Beth, con quien había trabajado cuando hicimos el Tirant Lo Blanc y siempre habíamos tenido ganas de emprender alguna aventura, o Marta (Lyona), con quien hablábamos desde hacía años de tirar adelante algún proyecto… y con el resto del equipo, formado por gente de mi compañía de teatro, compañeros desde la adolescencia, y con un montón de amigos y amigas excelentes profesionales y cómplices de nuestras locuras.

Milkyway: En seguida, a nivel musical, vi que el proyecto saldría bien. Desde el primer momento que empezamos a trabajar con Beth se veía que todo iba a ser muy fácil. Y mira que para mí es una novedad hacer música para teatro, que es una disciplina artística en la que nunca antes había trabajado. Los actores han hecho suya la música, algo que no siempre pasa, y eso es vital.

Rosich: Para ti tiene que haber sido raro escuchar tus canciones, que normalmente cantas tú, interpretadas por los actores.

Milkyway: Sí, normalmente me cuesta. Y estoy muy feliz porque en este caso no ha sido así.

Rosich: Yo también, de hecho hacía tiempo que no lo pasaba tan bien montando una obra. Ahora hacía bastantes años que no dirigía teatro (cuando trabajo de director lo hago en montajes de música clásica), y volver a trabajar como director es adictivo.

Milkyway: Esta manera de trabajar se nota en el montaje. Y pienso que tanto niños como adultos se contagiarán del espíritu pop deLa dona vinguda del futur.




Marc Rosich y Guille Milkyway, cómplices de una locura. (Foto: Isaías Fanlo / TNC)

Rosich: Todo espectáculo familiar tiene que ir dirigido tanto a niños como a padres. Los adultos son los que llevan a los niños al teatro, de modo que es nuestra responsabilidad que se lo pasen bien en el espectáculo. En La dona vinguda del futur los niños pasarán un buen rato, pero también los padres, porque constantemente estamos haciéndoles guiños. Los adultos entenderán mucha ironía, muchos homenajes, que los niños no verán.

Milkyway: Supongo que la clave es encontrar el término medio: bajar un poco la complicación del producto para adultos, pero también elevar la complejidad del producto infantil. Me explico: en la música de tipo familiar, lo que se suele hacer es rebajar muchísimo el listón del producto para que el niño no tenga que realizar ningún esfuerzo, para que todo sea muy fácil. Yo no estoy nada de acuerdo con esta estrategia. Los niños aprenden rápido, son capaces de hacer un esfuerzo y de asimilar las expresiones artísticas. Y aunque no lo entiendan todo, el esfuerzo les mantiene alerta, y eso es bueno para ellos, porque les educa, les hace más inteligentes. Y, al final, disfrutan mucho más de lo que están viendo, más que si la música es más fácil, más sedante. ¡Los propios niños entienden que han sido capaces de superarse y eso es muy bueno!

Rosich: Escribir una obra familiar exige tanto o más rigor que escribir una obra para adultos. No es un género menor.

Milkyway: A mí a veces me han criticado porque mi música tiene alguna cosa infantil o naíf, como si eso fuera negativo. Tengo que admitir que hace tiempo, esta crítica me pesaba. Ahora ya no. Así que hacer un musical familiar, para mí, supone encontrar el equilibrio perfecto.

Rosich: Me ha gustado mucho que dijeras que el texto te hizo reír al leerlo. Porque sí que tiene que hacer reír, aunque también tiene un trasfondo.

Milkyway: El título del espectáculo, los primeros estímulos visuales, las primeras notas musicales… marcan muy claramente cuál es el tono de La dona vinguda del futur. Tu texto es divertidísimo, Marc, pero no solo pensando en los niños, sino pensando como un adulto.

Rosich: Es que, aunque podríamos haber tomado el argumento de la obra de manera dramática (una persona que se pierde y que no sabe cómo volver a casa), hemos jugado con las caricaturas de los personajes y con las situaciones para hacerlo cómico y trepidante. Es, en cierto modo, lo que pasa en tus canciones, Guille, que musicalmente son muy alegres y luminosas pero que en realidad tienen una lectura que incluso puede ser trágica.

Milkyway: Exacto, es la ironía aplicada a la forma. Podemos reírnos de las cosas pero sin que eso signifique que no les damos importancia. Por ejemplo, una de las cosas que me gustan más de La dona vinguda del futur es cuando, precisamente, la mujer nos habla del futuro del que bien. Eso nos da un juego espectacular, y nos permite enviar un mensaje crítico.

RosichLa dona vinguda del futur es una mirada irónica sobre el mundo de la publicidad y del consumismo, y también sobre el futuro que estamos construyendo. Es el futuro del que llega la «mujer que viene del futuro», que en el texto describimos como «postnuclear». Evidentemente, no damos soluciones, sino que lo mostramos tal cual, para que los espectadores reflexionen por sí mismos.

Milkyway: No es una obra moralizante, sino descriptiva. Hay algo que me gustó mucho en el texto de Marc, y que también he tratado de transmitir en las canciones, y es que aunque nosotros, habitantes del presente, podemos ver el mundo que nos describe la mujer que viene del futuro como una especie de pesadilla apocalíptica, para ella no es así. Para ella, su presente es su casa, su hogar.

Rosich: Y su presente es también nuestro futuro, como dice Mina, uno de los personajes de la obra. Y no es tan diferente de nuestro presente, si nos fijamos. En la canción El targeter cromàtic, el estribillo dice: «en el futuro, el mundo es un macrocomplejo donde sólo hay un fabricante que hace todo lo que podemos necesitar». Y la familia lo ve como algo terrible, pero no se dan cuenta de que su presente es exactamente igual: sólo consumen productos de la marca Power.


Uno de los jingles publicitarios que Guille ha ideado para La dona vinguda del futur.
Vídeo de Lyona.

Milkyway: No es un panorama muy diferente del nuestro. La familia ve los anuncios y siente el deseo de comprar todos los productos, no por necesidad sino por inducción.

Rosich: En cualquier caso, se trata de un musical, con mucho teatro, una música estupenda, coreografías fabulosas, unos vídeos divertidísimos, mucho sentido del humor, espíritu crítico, ironía, y unos actores de primera. ¿Qué más se puede pedir? (Ríe.)


 


 

 

 

 

 

 

 

 

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