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El segundo single de la recién estrenada colección DEDICATESSEN (de vinilo amarillo translúcido) es el tercero de la corta carrera de Doble Pletina, el quinteto barcelonés que, en verano de 2010, empezó siendo el dúo formado por Laura Antolín (voz y bajo) y Marc Ribera (voz, guitarra y sierra), y que ahora completan Cati Bestard (batería), Francina Ribes (ukelele y sintetizador) y…

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El segundo single de la recién estrenada colección DEDICATESSEN (de vinilo amarillo translúcido) es el tercero de la corta carrera de Doble Pletina, el quinteto barcelonés que, en verano de 2010, empezó siendo el dúo formado por Laura Antolín (voz y bajo) y Marc Ribera (voz, guitarra y sierra), y que ahora completan Cati Bestard (batería), Francina Ribes (ukelele y sintetizador) y Jaume Cladera (teclados). El grupo revelación de 2011, como por prensa, internet y radio quedó certificado en las listas elaboradas por Rock de Lux (tercer mejor single del año), El País de las Tentaciones (5º mejor canción del año) y Disco Grande -Radio 3- (mejor single de año), gracias al éxito de “Música para cerrar las discotecas”, incluida en su single publicado por Discos Garibaldi. Una bien ganada fama construida a base de canciones, en la mayoría de los casos, miniaturas, que esconden pequeñas melodías que, sin embargo, enganchan sin remedio al que se detiene a escuchar, hasta convertirse en “grandes” éxitos. Paradojas del pop con minúsculas que tanto nos apasiona. Canciones en las que tienen cabida una amplia gama de registros de la llamada “música popular”, desde Phil Spector a Stephin Merritt, pasando por el cuplé o la canción tradicional, que han vuelto a tomar forma en este single que ahora os presentamos y que Doble Pletina dedican a “los amores perdidos”. “Doble Pletina contra los amores perdidos” en realidad es todo un EP (extended play) a la antigua usanza, a 45 R.P.M. y con dos canciones por cara. Cuatro temas que reafirman las dotes del quinteto de Barcelona para componer canciones a base de bocanadas de su realidad cotidiana. Llama la atención su facilidad para abordar historias del común de los mortales y convertirlas en piezas únicas. Melodías sencillas y textos costumbristas que, prudentemente aliñados, con una pizca de ironía, se transforman en pildorazos pop de efectos inmediatos. La cara A se abre con “Es innegable”, una canción de ritmo sostenido, la única del disco cantada por Marc, con un aire más electrónico de lo habitual en el repertorio de Doble Pletina, en la que extrapolan al terreno sentimental los asombrosos milagros de la naturaleza ¿Por qué no? Si las cosas, por imposibles que parezcan, no dejan de suceder… Le sigue “Revival”, ya con la voz de Laura, que versa sobre lo absurdo de las segundas oportunidades en el amor; en lo musical, construida por una curiosa pared formada por teclados y sintetizadores, en la que una y otra vez rebota la batería de Cati. Para iniciar la cara B, rescatan “Me detestas”, un tema incluido en su primera maqueta (“Para qué negarlo, si se puede demostrar”), vuelto a grabar para la ocasión con la nueva formación y con nuevos arreglos, en el que reinciden en las contradicciones del corazón. Cierra el single la contundente “Interior noche”, que por poco no llega al minuto de duración y con la que se reafirman en la idea de que lo bueno, si breve, dos veces bueno y lo incómodo de los “encontronazos” con los amores perdidos.