El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
Por tercera vez Klaus&Kinski presentan un trabajo pluscuamperfecto, repleto de excelentes composiciones y letras memorables a cargo de Alejandro Martínez Moya. La diversidad de estilos y la variopinta temática casan perfectamente con la personalidad y la manera de entender la música pop que, en esencia, les caracteriza. En “Herreros y fatigas” se atreven por primera vez con…
El vinilo incluye una descarga digital gratuita en MP3 [320 kbps]
Por tercera vez Klaus&Kinski presentan un trabajo pluscuamperfecto, repleto de excelentes composiciones y letras memorables a cargo de Alejandro Martínez Moya. La diversidad de estilos y la variopinta temática casan perfectamente con la personalidad y la manera de entender la música pop que, en esencia, les caracteriza. En “Herreros y fatigas” se atreven por primera vez con una habanera, un soneto y hasta con el flamenco. Lo fundamental es que continúan siendo fieles a sí mismos, conservando y, de algún modo, acentuando todas las señas de identidad que les han valido para hacerse con un lugar de privilegio entre los grupos más especiales del panorama musical español. El recorrido de catorce canciones y más de una hora de duración que sigue el álbum desde el tema que lo abre (“La duda ofende”) hasta el broche final de “Buceador”, vuelve a dejarnos con la sensación de haber escuchado un nuevo gran disco de Klaus&Kinski. Quién sabe si el mejor. El tercer álbum de Klaus&Kinski empieza con tres canciones en las que predomina la electrónica. “La duda ofende” se decanta hacia una vertiente disco envolvente y elegante. En ella se percibe el mayor protagonismo que en este nuevo trabajo tiene el violín y las cuerdas en general. En “Contrato” saltan chispas. De inspiración kraut-rock, contundente y dinámica, permite a Alejandro internarse por recovecos compositivos más intrincados. La siguiente, y cerrando la cara A del vinilo, es “El día de los embalsamados”, tema pop marca de la casa. Como lo son “Daño cerebral”, “Ojo por diente” (primer single y vídeo extraído de “Herreros y fatigas”) o “Dos males tienes”. Cuatro canciones que enganchan desde la primera escucha. “Soneto”, como su título indica, es una composición poética de catorce versos endecasílabos. Obedece a uno de los temas más evocadores del disco, perfecto para iniciar una de las caras y cambiar de aires el transcurso del álbum. Su frescura y el propio desarrollo de la canción enlazan a la perfección con “Poderoso caballero”, el tema country del álbum. “In the Goethe” es una habanera. Poco más podemos añadir a la querencia de Alejandro por este tipo de composiciones, en principio alejadas de los estándares de la música pop. Junto a “Sacrificio” son los cortes más clásicos y especiales de “Herreros y fatigas”. Esta última, mágica y experimental, aúna la canción popular española y el flamenco. Destaca el ambiente creado por la instrumentación y por la voz de Marina en su registro más lírico, en un disco en el que canta mejor que nunca. Con el inicio de la cara B del segundo vinilo se produce un nuevo cambio de ritmo. Llegan las dos canciones más intensas del disco: “La pensión”, que posee una de las letras más sorprendentes del álbum, y “Cumbres profundas”, en la que demuestran que es posible mezclar hard-rock y dream-pop y a la vez hacerle un guiño a My Bloody Valentine, uno de sus grupos favoritos. Después de la tempestad, con “Relatividad general”, llega la calma y el desenlace final perfecto que pone “Buceador”. Probablemente el tema más etéreo y delicado de su discografía, una caricia sonora con la que acabar de la manera más sosegaba posible, como a ellos les gusta.