"Materia oscura" iba a ser "el disco siniestro de Parade", pero, finalmente, se ha convertido en otra “cosa”, si me permiten la contradicción, tenebrosa, pero deslumbrante a la vez... Sea como sea, de lo que ya no nos cabe duda es que es el mejor álbum de la carrera de Parade y eso es mucho decir vistos los precedentes ¿Cómo lo ha vuelto a hacer? Como no podía ser de otro modo tratándose de composiciones de Antonio Galvañ, con un pop p…
"Materia oscura" iba a ser "el disco siniestro de Parade", pero, finalmente, se ha convertido en otra “cosa”, si me permiten la contradicción, tenebrosa, pero deslumbrante a la vez... Sea como sea, de lo que ya no nos cabe duda es que es el mejor álbum de la carrera de Parade y eso es mucho decir vistos los precedentes ¿Cómo lo ha vuelto a hacer? Como no podía ser de otro modo tratándose de composiciones de Antonio Galvañ, con un pop pluscuamperfecto que ha acabado por inundar cada uno de los surcos de este disco (editado también en formato vinilo, por primera vez en su discografía, que incluye un tema extra, “El viajero del tiempo”) modificando su sino. Sin embargo, como el Dr, Jekyll y Mr Hyde, Antonio se ha salido con la suya y ha logrado que un espíritu oscuro recorra de principio a fin su nuevo trabajo: hay tragedy-songs, fantasmas, apariciones, una media prácticamente de un muerto por canción... Entonces ¿cómo se explica que canciones tan luminosas contengan un interior tan lóbrego y que la sensación última sea de euforia y no de tristeza? Muy sencillo: las constantes de Parade siguen ahí: lo extraño y lo maravilloso. Un “sense of wonder” que nos asombra por cercano y nos hace participar en sus space-operas de tres minutos de puro pop. Y es que, hay que decirlo claro y alto, por encima de todo, Parade está cansado de canciones depresivas y nos quiere hacer saltar de nuestras butacas, quiere hacernos bailar, gritar Bitelchús tres veces, molestar y empujar... al estilo Parade, claro. En resumen, hay que hacer canciones para cantar, para bailar, canciones con electricidad y discos a la antigua usanza: repletos de singles, como "Materia oscura". Y como el movimiento se demuestra bailando... ahí quedan “No más rocanrol”, la contundente declaración de principios con la que se inicia el disco, “Nunca bailo”, una historia con moraleja... bailar es bueno, pero los excesos se pagan... o “Trasplutonia”, una perfecta canción pop para hacer surf en Marte. Pero eso no es todo... en él también hay homenajes a la disco-music de principios de los setenta (con Don Cornelius y su “Soul train line”), a la verdadera literatura gótica, la del XIX, con Muerte enamorada incluida. Hay una canción dedicada al gran Gino Paoli, ese hombre que vive desde hace cuarenta años con una bala alojada en su corazón. Sigue habiendo ecos a Phil Spector y a Vainica Doble, aromas a Solera, a Battiato y a Berlanga... Hay reuniones de ex-alumnos en el Innsmouth de H.P. Lovecraft, Bela Lugosi y Boris Karloff desfilan unidos por el amor y el odio, casi como sucedió hace sesenta años, y como no, ciencia y ficción, robots replicantes, aventuras en Marte, oda al dolor... del espacio, para acabar “mojándose”, nuevamente, declarándose “Partidario del desierto”, en un final de película. En definitiva, "Materia oscura" está lleno de historias y canciones increíbles que te tienes que creer para poder disfrutarlo a muerte... No tengan reparo en hacerlo o lo lamentarán, porque este es un disco de Parade, probablemente, su mejor disco.