“Tierra, trágalos”, el segundo álbum en la carrera de KLAUS & KINSKI y lo integran catorce canciones, con una más, la joya “Dar cera, pulir cera”, en la versión LP. Para quien se quedara sorprendido y enganchado por lo ofrecido en “Tu hoguera esta ardiendo”, este segundo álbum en la carrera de KLAUS & KINSKI es otro catálogo de cómo tocar todos los palos haciendo gala de un eclecticismo soberbio y descarado y apropiarse del mol…
“Tierra, trágalos”, el segundo álbum en la carrera de KLAUS & KINSKI y lo integran catorce canciones, con una más, la joya “Dar cera, pulir cera”, en la versión LP. Para quien se quedara sorprendido y enganchado por lo ofrecido en “Tu hoguera esta ardiendo”, este segundo álbum en la carrera de KLAUS & KINSKI es otro catálogo de cómo tocar todos los palos haciendo gala de un eclecticismo soberbio y descarado y apropiarse del molde. La nueva entrega de los murcianos se abre con la contundencia de “Ya estaba así cuando llegué”, marcada por esas bases que les caracterizan y de ambientes y contrastes que la emparejan con “Ley y moral”, el hit elegido como primer vídeo promocional del disco. Dos “temazos” llenos de sombras alargadas en los que Marina ejerce de vocalista susurrante antes de que entre la tormenta guitarrera. Acto seguido, podría ser que DAVENDRA BANHART o la INCREDIBLE STRING BAND se hubieran escapado para acompañar la proclama-deseo infantil de “Mamá, no quiero ir al colegio” en clave incluso vaquera. De la misma familia, pero en el otro extremo del disco, con oleadas de clima surfero, que transmiten paz y relax, son las noticias que nos trae “El fin del mundo”. Pero el volteo al tema country viene de inmediato cuando el espíritu de OMD o A FLOCK OF SEAGULLS -¡qué resultón ese sinte tan ochentero!- toma posesión en “Brilla como una estrella”. Atención!!! Porque a la altura del corte 4 está el momento insólito –bueno, tratándose de ellos, no, quizás no- con la entrega “real” de esa maravilla titulada “El rey del mambo y la reina de Saba”. Ahí queda una copla, con todos los ingredientes y profusión instrumental, para la posteridad. No es el único flash retro. Porque, con un título como el de “Carne de Bakunin”, ¿quién imaginaría se esconde un homenaje al afamado anarquista en clave swing, medio music-hall, medio canción popular de las estepas rusas? Claro que, en el extremo opuesto de la mesa política, hay otro “invitado” (Hitler) que empieza su discurso mientras le secunda un piano que abre paso a la bossa “Deja el odio para después de comer”. Profundizando en esta temática social, que hay compromiso y mensaje trascendente se nota en la solemnidad, a golpe de cuerda, que adorna la folky “Los niños muertos y la decadencia política” (otra canción y otro título para enmarcar). Pero hay más: teclados infecciosos que se empeñan en taladrar el muro de guitarras levantado por Alex en “Eres un sinvergüenza” o que se hacen más ruidosas aún en “Luego vendrán los madremías” recordándonos a aquellos STEREOLAB del 96, la incitación a la pista de baile –por un momento las luces de neón y las lentejuelas parece que nos deslumbran en una boite de los 70’- con la italo-disco “Forma, sentido y realidad” que unas Baccara hubieran convertido en “number one” en medio mundo y el toque de funky de “Sobria y serena” premeditadamente histriónico en su inicio “made in the BEE GEES” de “Saturday night fever” que por arte de magia ellos transforman en una suerte de MIKA. El último corte y un perfecto cierre del disco lo pone “Desidilio”, (toma ya, de nuevo, juego de palabras entre “desidia” e “idilio”) que podría ser pariente cercana de “Sintigo o sin ti” (incluida en su disco de debut), que sirve para volver a dejar las cosas en su sitio... Porque esta vez lo han vuelto a hacer. Se abre el catálogo y hay de todo, de casi todos los estilos. Así de camaleónicos pero con firma personal e intransferible son KLAUS & KINSKI. Julio Ruiz (Disco Grande, Radio 3)